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A música Canción Del Pata-rajada fez muito sucesso quando foi gravada por Carlos Lyra. Que tal aprender a tocar outras músicas? Veja cifras de Carlos Lyra e toque as músicas que mais gosta no violão ou guitarra.
Yo un día cansado del hambre que yo padecía
No tenía nada, que hambre tenia
De tanta sequía en mi Ceará
Recogí mis tiliches y una bigüela que había
Colgado que un camión de redilas
Igual que una bestia me vine pa'cá
Y entonces vagando por calles que ni conocía
Cantaba y tocaba de noche y de día
A ver si la gente quería escuchar
Virgen Santa,
El hambre era tanta que ni voz tenia
Ay, Dios! Quanta gente y que hambre tenia
Rodando en las calles pa'cá y pa'allá
Fue entonces que decidí comer gillettes. Había un compadre mío allá de Quixeramubin, que ganó un dineral comiendo gilletes en las playas de Copacabana; pero él comió tantas, tantas,- que cuando yo llegué allá, aquella gente ya estaba harta de ver al tipo comer gillettes. Un día yo tenía tanta hambre que le dije a un cuate que iba pasando: 'Oiga joven, usted no quiere verme comer una gillettita?', 'Pero no te da pena "pata-rajada"?' 'Aquello me dio tanto coraje que si no fuera por ei cariño que le tengo a mi bigüelita, se la rompo en la cabeza de aquél hijoÂ…
¡Virgen Santa! No había una vida peor que la mía
¡Que vida maldita! Y que hambre tenia
Tenia más hambre que en mi Ceará
Y mirando toda aquella gente que come, que come
Les juro, me daba saudade del hambre
Que yo padecía en mi Ceará
Y allí me tenia muy flaco bailando el 'xaxado'
Y solo podía porque en el 'xaxado'
Me basta con solo los pies arrastrar
¡Virgen Santa! El hambre era tanta que me parecía
Que mientras bailaba mi cuerpo subía
Igual que una pluma queriendo volarÂ…
El hambre era tanta, que a veces uno armaba una bronca para ir a dar al bote y tener que comer. ¡Ay! Qué calientita se sentía la barriga! -Con perdón de los presentes, uno lo devolvía todo después, porque el rancho ya estaba pasado. Pero mientras se quedaba allá adentro quietecita... ¡Qué felicidad! No, pero ahora las cosas van mejorando. Hay en Ipanema una señora muy buena que le encanta verme comer cachos de vidrio. ¡Esa si, que es bondad! Con eso ya logré sacarle unos centavos. ¡Cuándo tenga un poco más, me largo! ¡Me vuelvo a mi Ceará!
Me regreso de aquí para allá porque allá tengo nombre
Aquí no soy nada, nomás tengo hambre
Soy Pata-Rajada, no sé ni cantar
Me regreso volado pa'allá porque aquí de repente
Las cosas acá se pusieron calientes
¡Peores que ahora no pueden quedar!
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